EL PRO INAUGURÓ LA NUEVA SEDE DE GOBIERNO

El edificio fue diseñado por el equipo del británico Norman Foster, uno de los más renombrados arquitectos de la actualidad y autor por ejemplo de la moderna sede del banco HSBC en Hong Kong, quien estuvo presente en el evento. Ubicado entre las estaciones Parque Patricios y Hospitales de la línea H de subte, el edificio tiene una superficie cubierta de 38.000 m2, además de poseer 400 cocheras, gimnasio y SUM.

Originalmente el espacio pertenecía a la casa central del Banco Ciudad, pero el ejecutivo local se vio obligado a utilizarlo tras la violenta represión por parte de la Policía Metropolitana a trabajadores y pacientes del Borda, donde tenía planeado construir el centro cívico.

La empresa constructora que llevó adelante el millonario negocio fue Criba S.A, a la que Macri hizo alusión en reiteradas oportunidades en su discurso inaugural, que casualmente también se contó entre los generosos comensales de la cena organizada por el PRO en la Rural y una de las firmas con más contratos en su haber durante la gestión del empresario presidenciable. El dinero destinado a la constructora se estima en 15 millones de pesos.
De cara al barrio

El jefe de Gobierno porteño rodeado por diferentes empresarios, entre los que se destacaron Cristiano Ratazzi, de Fiat; Eduardo Elsztain, de Irsa y Juan José Aranguren, de Shell, sostuvo que las acciones impulsadas por la Ciudad para el desarrollo de la zona Sur son la expresión del “modelo a seguir para combatir la exclusión y la pobreza”.

Paradójicamente es en la comuna 4, donde se asienta el ostentoso edificio, que encontramos que el desarrollo de villas y asentamientos representa el 16,3% con sus consecuencias ambientales, sanitarias y de infraestructura. Mientras tanto el Banco de la Ciudad no dedica sus fondos a otorgar créditos de vivienda a tasa cero, por ejemplo, para los trabajadores precarizados de esta ciudad, sino que lo usa como parte de una campaña electoral. Por la misma razón que el dinero del presupuesto porteño no es utilizado para la construcción de vivienda digna, sino destinado para el negocio de empresas constructoras.

Con un techo ondulado, la regulación del calor y el aire, y la luz natural que entra en el nuevo edificio piramidal, los invitados se despiden con música clásica de fondo. Del otro lado de la vereda la contracara de los asalariados que viven en peores condiciones sobre un suelo que va acortando su brecha de valor con el metro cuadrado de los barrios más lujosos.