El autor de la Masacre de Flores seguirá preso

Barrio de Flores

Publicado: 12 / 05 /2018

El autor de la Masacre de Flores seguirá preso

(Barrio de Flores)

La Cámara de Casación Penal rechazó un pedido para que Fructoso Álvarez González, el autor del incendio en el que murieron los padres de Matías Bagnato, sus hermanos y un amigo en 1994 que se conoció como «La Masacre de Flores», sea expulsado del país, informaron fuentes judiciales.

Se trata de una solicitud que había realizado la defensa del comerciante español Álvarez González (57) el año pasado en base a la ley de extrañamiento, que permite a los extranjeros pedir ese beneficio después de cumplida la mitad de la condena.

Antes de resolver esta cuestión se realizó una audiencia el 12 de abril último, en la que por primera vez se escuchó a un damnificado, en este caso Bagnato, de quien solicita el beneficio, lo que está previsto en la Ley de Víctimas sancionada el año pasado.

«Todavía no caemos, fue mucha la angustia de la espera, cada hora era interminable y ahora nos vuelve la paz al cuerpo, hoy mis viejos y mis hermanos van a descansar en paz», expresó Bagnato (38) a Télam entre lágrimas tras conocer el contenido de la resolución.

El fallo firmado por los jueces Gustavo Bruzzone, Luis García y Luis Niño explica que «la insoslayable variación del panorama planteado» y «el expreso desinterés actual de la autoridad administrativa respecto de la orden de expulsión», «desarticulan el andamiaje central del reclamo» de la defensa del condenado.

«No existe una vía ni judicial ni administrativa para que una persona promueva el dictado a su respecto de una decisión administrativa o judicial que ordene la cancelación de la residencia, la declaración de irregularidad de la residencia, o la expulsión», continúa la resolución.

Además, los magistrados recordaron que cuando Álvarez González fue puesto en libertad en España tras ser extraditado en 2004, «los tribunales argentinos declararon que la pena de prisión perpetua no se había agotado y dispusieron la detención del condenado y la reanudación de la ejecución en un establecimiento del Servicio Penitenciario Federal».

Agrega que «el objeto del caso es decidir si el condenado extranjero tiene un derecho a reclamar por vía judicial una determinada actuación administrativa para ejecutar un acto administrativo de expulsión del territorio. La respuesta es negativa».

«Esa decisión ha quedado firme, no cabe volver sobre ella, ni tampoco reexaminar la posibilidad de una nueva transferencia de la ejecución de la pena», concluye.

El año pasado, el juez de Ejecución Penal 1, José Pérez Arias, no hizo lugar a este pedido y el abogado defensor Rubén Alderete Lobo apeló la decisión ante la Cámara.

En la audiencia celebrada el mes pasado, el letrado le recordó a los jueces que en 2010, cuando Álvarez González ya había regresado en libertad al país desde España, la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) emitió una orden de expulsión y de prohibición permanente de regreso en su contra.

En ese sentido, aseveró que el juez Pérez Arias «no tiene jurisdicción» para decidir sobre una medida solicitada por el Poder Ejecutivo y pidió que se le ordene que «autorice el pedido» de la DNM.
Por su parte, el fiscal Diego García Yomha pidió que se rechace el recurso de apelación y afirmó ante los magistrados que «la exclusión no es un derecho de una persona privada de la libertad» y que «lo que está en juego en el debate es el interés migratorio versus el interés punitivo».

Además, Bagnato (38) expresó en esa audiencia que confió en la Justicia cuando, en 1995, condenaron a perpetua a Álvarez González, pero recordó que después de que lo extraditaron en 2004, el condenado volvió al país, lo amenazó y «empezó este derrotero que lleva ocho años».

«Otorgarle la libertad a este monstruo significa ponerme preso a mí, yo paso a estar detenido, todos saben que tengo protección porque él me amenazó y demostró en sus actos que su intención es matarme», aseguró el sobreviviente en su relato ante el tribunal.

La «Masacre de Flores» fue cometida el 17 de febrero de 1994 en la casa de la familia Bagnato, ubicada en Baldomero Fernández Moreno 1906, donde Álvarez González roció la propiedad con combustible y generó un incendio.

Por el fuego, murieron el padre de familia, José Bagnato (42); su esposa Alicia Plaza (40); sus hijos Fernando (14) y Alejandro (9) y Nicolás Borda (11), un amigo del menor de los chicos que esa noche se habí­­a quedado a dormir, mientras que el único que se salvó fue Matías, quien por entonces tení­­a 17 años.


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