Muchos Niños y adolescentes salieron a las calles de la Ciudad

Barrio de Flores

Publicado: 18 / 05 /2020

Muchos Niños y adolescentes salieron a las calles de la Ciudad

(Barrio de Flores)

Niños y adolescentes con tapabocas caminando de la mano de alguno de sus padres, corriendo o a bordo de monopatines se vieron por decenas en cuadras y parques abiertos de la ciudad de Buenos Aires, algunos entusiasmados pero también precavidos y otros con cierto temor por el contagio de coronavirus, en el primer día de las salidas recreativas autorizadas por el Gobierno porteño tras casi dos meses de cuarentena.

«Estoy feliz, extrañaba la luz y salir», dijo a la agencia Télam una adolescente de 14 años que caminaba cerca de las 10 de la mañana con barbijo por la cuadra de la avenida Rivadavia, frente al parque que se mantiene cerrado, junto a su hermana de 11 y su mamá.

Evelyn Ziegler, de 37 años, paseaba por esa vereda con su hijo de 4 años a bordo de un monopatín. «Él no quería salir porque no quería contagiarse del virus, ayer se ponía el barbijo pero decía que no lo quería llevar», contó a Télam la mujer, quien manifestó estar «aterrada» cada vez que vuelve del supermercado a su casa.

Con esa misma sensación de temor, Fernanda Méndez, de 31, quien caminaba por la esquina de Rivadavia y Acoyte junto a su hijo de 4, ambos con barbijos, dijo que ellos no saldrían a pasear.

«Yo no lo saco ni loca, tengo mucho miedo a que nos contagiemos, solo salgo cada 10 días a comprar alimentos porque vivo sola con él», contó Méndez y remarcó que cerca de ahí, en el barrio de Flores, «es donde más contagios hubo».

Y agregó: «Voy a esperar a que baje la curva de contagios, no es necesario que nos expongamos».

Marina González, quien paseaba con su nieta de 7 años por el pedacito de pasto de la lomada del parque Rivadavia, antes de llegar a las rejas que impiden el ingreso, dijo que la niña «ya tenía muchas ganas de salir».

 

«Nosotros somos afortunados porque vivimos en una casa con parque pero no es lo mismo que salir, aunque estamos muy atentos con el alcohol en gel y ella sabe que no tiene que tocar nada», explicó González, que vive con la niña y su madre.

Otra niña de 8 años que caminaba de la mano de sus dos padres, manifestó que «ya salía a comprar cosas con mi mamá y tenía muchas ganas de salir hoy».

«Estamos tranquilos, ella sabe que no se puede ir al parque ni tocar nada y tiene que mantener distancia», dijo su madre Paola Zapata de 38 años, junto a su pareja, Felipe Castañeda, un médico colombiano de 43 años que trabaja en un hospital en la localidad bonaerense de Lanús.

«Adoptamos la rutina de sacarnos la ropa, zapatos y lavarnos las manos al volver a casa, especialmente cuando llego del hospital. Creo que si los padres están tranquilos los niños reflejan eso», contó a Télam Castañeda, quien reside hace tres años en el país y recibió a su hija y a su pareja que viajaron desde Colombia hace tres meses.


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